Hace mucho tiempo que tenía ganas de hacer yogur casero, pero no me apetecía comprarme otro trasto más, no creo que me quepan más cosas en la cocina, así que empecé a investigar por internet las diferentes maneras para hacer yogures sin yogurtera.
Lo primero que me encontré es que se pueden hacer con el calor residual del horno, después de utilizarlo; o encender el horno a 50ºC un rato y después meter los yogures destapados y con un trapo por encima. También hay gente que utiliza el calor de los radiadores de la calefacción, pero esto lo encuentro más complicado porque para que fermeten tienen que estar a una temperatura constante entre 45-50ºC, y no sé cómo podría controlarlo en el radiador, así que lo descarté.
Pero entonces encontré otra manera que me pareció estupenda para poder probar, ya lo he hecho 3 veces y me han quedado estupendos: en el lavavajillas. Para mí es fantástico, los metes con la vajilla a última hora del día y los sacas por la mañana; matas dos pájaros de un tiro.
Pero voy a dejar de enrollarme y voy a poner la receta:
Ponemos en un cazo los 850ml de leche entera con la nata al fuego y lo calentamos hasta que esté a punto de hervir, apagamos y retiramos del fuego.
Por otro lado, echamos en un bol los otros 50ml de leche y los mezclamos con el yogur natural.
Antes de mezclarlo todo, tenemos que dejar enfriar la leche hasta los 45-55ºC. Si no tienes termómetro sabrás que está a temperatura idónea cuando al tocarla con la mano no te quemes.
Cuando esté a la temperatura idónea, echamos el bol del yogur y mezclamos un rato, para que la cepa (yogur) quede bién disuelta en la leche. Una vez bién mezclado todo, lo ponemos en los recipientes con la ayuda de un cazo y cerramos. Importante cercionarse de que estén bién cerrados, para que no les entre agua.
Los ponemos dentro del lavavajillas y ponemos un programa de 50-55ºC. Mejor que sea por la noche, porque una vez se acabe el lavavajillas, no hay que abrirlo en 7-8 horas para que aguante el calor y el yogur fermente bién.
A la mañana siguiente, abrimos el lavavajillas y los sacamos. Como ya no estarán calientes, los meteremos en la nevera para que acaben de cuajar. Hay gente que los deja 2-3 horas, a mí como mejor me quedan es dejándolos 24 horas en la nevera. Antes de comer, yo le retiro el suero que se hace por haberlos fermentado cerrados.
¡¡¡Y ya está!!! ¡¡¡Riquísimos!!! Yo le añado azúcar o pasta de dátiles para endulzarlos un poco, aunque el peque se los come tal cual. Nos podemos guardar uno para utilizar la siguiente vez que hagamos yogur, se puede utilizar 4-5 veces. A partir de aquí, lo mejor es volver a coger un yogur comprado.
¿Te ha gustado? Puedes probar y comentarme qué tal te ha ido, o explicarme cómo lo haces tú; y si te gusta la receta, no dudes en compartir, ¡me harás muy feliz!
Lo primero que me encontré es que se pueden hacer con el calor residual del horno, después de utilizarlo; o encender el horno a 50ºC un rato y después meter los yogures destapados y con un trapo por encima. También hay gente que utiliza el calor de los radiadores de la calefacción, pero esto lo encuentro más complicado porque para que fermeten tienen que estar a una temperatura constante entre 45-50ºC, y no sé cómo podría controlarlo en el radiador, así que lo descarté.
Pero entonces encontré otra manera que me pareció estupenda para poder probar, ya lo he hecho 3 veces y me han quedado estupendos: en el lavavajillas. Para mí es fantástico, los metes con la vajilla a última hora del día y los sacas por la mañana; matas dos pájaros de un tiro.
Pero voy a dejar de enrollarme y voy a poner la receta:
INGREDIENTES:
- 850ml + 50ml de leche entera de vaca
- 100ml de nata para montar
- 1 yogur natural (hay gente que lo hace con griego, yo lo hice con normal)
- Recipientes que cierren hermético (yo uso los que tenía para conservar la leche materna, los de la avent de Philips, por la medida me van muy bién y son herméticos)
PREPARACIÓN
Ponemos en un cazo los 850ml de leche entera con la nata al fuego y lo calentamos hasta que esté a punto de hervir, apagamos y retiramos del fuego.
Por otro lado, echamos en un bol los otros 50ml de leche y los mezclamos con el yogur natural.
Antes de mezclarlo todo, tenemos que dejar enfriar la leche hasta los 45-55ºC. Si no tienes termómetro sabrás que está a temperatura idónea cuando al tocarla con la mano no te quemes.
Cuando esté a la temperatura idónea, echamos el bol del yogur y mezclamos un rato, para que la cepa (yogur) quede bién disuelta en la leche. Una vez bién mezclado todo, lo ponemos en los recipientes con la ayuda de un cazo y cerramos. Importante cercionarse de que estén bién cerrados, para que no les entre agua.
Los ponemos dentro del lavavajillas y ponemos un programa de 50-55ºC. Mejor que sea por la noche, porque una vez se acabe el lavavajillas, no hay que abrirlo en 7-8 horas para que aguante el calor y el yogur fermente bién.
A la mañana siguiente, abrimos el lavavajillas y los sacamos. Como ya no estarán calientes, los meteremos en la nevera para que acaben de cuajar. Hay gente que los deja 2-3 horas, a mí como mejor me quedan es dejándolos 24 horas en la nevera. Antes de comer, yo le retiro el suero que se hace por haberlos fermentado cerrados.
¡¡¡Y ya está!!! ¡¡¡Riquísimos!!! Yo le añado azúcar o pasta de dátiles para endulzarlos un poco, aunque el peque se los come tal cual. Nos podemos guardar uno para utilizar la siguiente vez que hagamos yogur, se puede utilizar 4-5 veces. A partir de aquí, lo mejor es volver a coger un yogur comprado.
¿Te ha gustado? Puedes probar y comentarme qué tal te ha ido, o explicarme cómo lo haces tú; y si te gusta la receta, no dudes en compartir, ¡me harás muy feliz!
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