Y por fín llegó la tercera y última entrega: el tercer trimestre. Este trimestre empieza muy bién, pero al final se hace muuuy pesado, porque además si lo piensas, son más de tres meses, y es que el embarazo no son 9 meses, son entre 40 y 42 semanas, así que salen casi 10 meses si no 10...
En la entrada anterior se me olvidó mencionar un pequeño pero hinchado detalle: Tengo la circulación fatal, y en los dos embarazos me ha tocado trabajar de pie, por lo que no tenía tobillos, tenía "pantobillos", que es cuando ya no se distingue entre la pantorrilla y el tobillo. Si a eso le sumas, que mis dos terceros trimestres fueron en verano (la grande nació en setiembre y el pequeño en agosto), ¡pues era para verlos! Además, con la mayor trabajé hasta los 7 meses y medio, por lo que acabé llevando unos zapatos dos números más de mi número habitual. Con el pequeño, aunque en el mismo sector y casi el mismo trabajo, los convenios habían avanzado, así que para la semana 24 ya estaba de baja por riesgo laboral; muy cómodo porque no supone ningún gasto adicional para la empresa, ya que te paga la mútua, así que en la empresa encantados de que me la cogiera así y no lo alargara hasta que me encontrara mal, que entonces sería baja por enfermedad y pagaría la empresa. Y la verdad, lo agardecí, porque mis tobillos no sé si lo habrían podido soportar, además de que no es lo mismo tener 21 años que 34, que aunque aún soy joven, ¡pero ya no tanto! Y bueno, así también disfruté más plenamente de lo que me quedaba de embarazo.
La verdad, como digo en la entrada del 2° trimestre, no me subió la tensión, ni el azúcar, y mis dos bebés crecieron sanos y con normalidad dentro del útero, por lo que estoy enormemente agradecida, pero me pongo taaan gorda cuando me quedo embarazada, que los dos últimos meses, si hace tiempo que no me veías, no me reconoces, porque me deformo toda yo. En el primer embarazo no me privé absolutamente de nada y me engordé cerca de los 25kg, aunque al año de parir me empecé a recuperar y acabé otra vez esquelética, con 45kg. En el segundo, que ya me quedé pesando 55kg, me engordé 20kg o más también, y esta vez privándome bastante, e incluso pasando un poco de hambre.
Así que aunque me encontraba bién, al final me sentía muy pesada, y más en pleno verano; y el bebé ya no cabe y se te clava por todas partes, duermes fatal porque te levantas cada cinco minutos a hacer pis, porque no sabes en qué postura dormir...Por lo que ya dejas a un lado el miedo al parto y lo cambias por las ganas de que salga ya de una vez.
Y es que mis embarazos fueron unas experiencias preciosas e inolvidables para mí, algo que se vive pocas veces en la vida y que hay que saber valorar y disfrutar, sobretodo si te encuentras tan bién como me encontré yo. Papá siempre me dice que le encantaría saber lo que se siente, poder tener ese privilegio que tenemos las mujeres y que él nunca podrá experimentar. Y es verdad, yo los viví como algo fascinante, milagroso, algo tan increíble como que se forme una vida dentro de tí...¡Maravillosa naturaleza!
¿Y tu embarazo? ¿Fue sin complicaciones o con ellas? No dudes en comentar, y si te ha gustado ¡comparte!
OTRAS ENTRADAS:
EMBARAZO: SÍNTOMAS DEL PRIMER TRIMESTRE
EMBARAZO: SEGUNDO TRIMESTRE
¡CUÁNTO HAS ENGORDADO! PASAR HAMBRE EN EL EMBARAZO
Tercer trimestre
En la entrada anterior se me olvidó mencionar un pequeño pero hinchado detalle: Tengo la circulación fatal, y en los dos embarazos me ha tocado trabajar de pie, por lo que no tenía tobillos, tenía "pantobillos", que es cuando ya no se distingue entre la pantorrilla y el tobillo. Si a eso le sumas, que mis dos terceros trimestres fueron en verano (la grande nació en setiembre y el pequeño en agosto), ¡pues era para verlos! Además, con la mayor trabajé hasta los 7 meses y medio, por lo que acabé llevando unos zapatos dos números más de mi número habitual. Con el pequeño, aunque en el mismo sector y casi el mismo trabajo, los convenios habían avanzado, así que para la semana 24 ya estaba de baja por riesgo laboral; muy cómodo porque no supone ningún gasto adicional para la empresa, ya que te paga la mútua, así que en la empresa encantados de que me la cogiera así y no lo alargara hasta que me encontrara mal, que entonces sería baja por enfermedad y pagaría la empresa. Y la verdad, lo agardecí, porque mis tobillos no sé si lo habrían podido soportar, además de que no es lo mismo tener 21 años que 34, que aunque aún soy joven, ¡pero ya no tanto! Y bueno, así también disfruté más plenamente de lo que me quedaba de embarazo.
La verdad, como digo en la entrada del 2° trimestre, no me subió la tensión, ni el azúcar, y mis dos bebés crecieron sanos y con normalidad dentro del útero, por lo que estoy enormemente agradecida, pero me pongo taaan gorda cuando me quedo embarazada, que los dos últimos meses, si hace tiempo que no me veías, no me reconoces, porque me deformo toda yo. En el primer embarazo no me privé absolutamente de nada y me engordé cerca de los 25kg, aunque al año de parir me empecé a recuperar y acabé otra vez esquelética, con 45kg. En el segundo, que ya me quedé pesando 55kg, me engordé 20kg o más también, y esta vez privándome bastante, e incluso pasando un poco de hambre. 
Así que aunque me encontraba bién, al final me sentía muy pesada, y más en pleno verano; y el bebé ya no cabe y se te clava por todas partes, duermes fatal porque te levantas cada cinco minutos a hacer pis, porque no sabes en qué postura dormir...Por lo que ya dejas a un lado el miedo al parto y lo cambias por las ganas de que salga ya de una vez.
¿Lo mejor? Notar cada día cómo se movía dentro de mí, es una sensación única, no puedo compararlo con nada más. Me encantaba cuando me veía un bulto en la barriga, y cómo se movía de un lado a otro. Esas ganas de saber cómo será: Su carita, sus ojos, su naricilla... Esa última eco de rigor para ver si está bien colocad@ y si todo está bién, esa bolsa con su ropita que preparas para el hospital, esperando que llegue el gran día...
Y es que mis embarazos fueron unas experiencias preciosas e inolvidables para mí, algo que se vive pocas veces en la vida y que hay que saber valorar y disfrutar, sobretodo si te encuentras tan bién como me encontré yo. Papá siempre me dice que le encantaría saber lo que se siente, poder tener ese privilegio que tenemos las mujeres y que él nunca podrá experimentar. Y es verdad, yo los viví como algo fascinante, milagroso, algo tan increíble como que se forme una vida dentro de tí...¡Maravillosa naturaleza! ¿Y tu embarazo? ¿Fue sin complicaciones o con ellas? No dudes en comentar, y si te ha gustado ¡comparte!
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