ESOS DÍAS EN LOS QUE ESTÁS SOBREPASADA

Te despiertas por la mañana ya sabiendo que no has dormido bién, que no has descansado nada. Ya normalmente te despiertas varias veces por el peque, pero esta vez ha sido aún peor. Además, te notas rara..."¡Buf, espero no ponerme enferma!" 

Pero entonces te levantas, y notas como las piernas te flaquean, te duele todo el cuerpo, te va a estallar la cabeza...Por lo visto sí, parece que te estás poniendo enferma...Y como tu pequeño no entiende de partes de baja, pues no puedes dejar apartado el trabajo de madre, así que habrá que intentar estar lo más tranquila posible, y rezar para que el niño también lo esté.


Pero no, las cosas ni mucho menos van a ser tranquilas. No sabes si es que él tampoco está fino del todo o qué le pasa, pero tiene uno de esos días "ultrademandantes", de esos de los que se pasa el día pidiendo teta como si no hubiera mañana, que pide brazos a todas horas y que no te deja ni ir al lavabo sola.


Papá, que ve que no te encuentras bién, intenta estar con el niño, jugar con él, distraerlo, cogerlo...Pero hoy no papá, otros días sabes que juego mucho contigo, pero hoy sólo quiero con la mama, que la noto rara, no sé que le pasa, pero yo quiero estar con ella, quiero teta, quiero que me coja y acurrucarme, y mamar en todas las posturas raras habidas y por haber...

Papá lo ha intentado, pero cuando el pequeñajo tiene un día de esos de mucha teta, sólo quiere mama. Y hoy es un día de esos, es lo que hay. Y tú lo quieres mucho, pero te encuentras fatal y estás deseando poder descansar un poco, poder guardarte las tetas porque tienes frío, poder tumbarte un ratito en el sofá y dormirte sin pensar en nadie más, pero no puedes.

Y el malestar te empieza a producir mal humor, y el mal humor empieza a apoderarse de tí, y empiezas a pagarla con el pobre papá que no tiene culpa de tu estado de salud, e incluso puede que se te escape alguna palabra con mal tono hacia el pequeño, porque es que ya no puedes más...Estás sobrepasada. Y en ese momento no miras lo que dices, explotas y salpicas a los que tienes al lado, que no tienen culpa de nada.

Y es que no somos robots, somos personas, y también tenemos derecho a equivocarnos, a sentirnos superadas de vez en cuando, agobiadas...Porque ser mamá es algo precioso, pero en días como estos puede llegar a ser muy duro, y no somos perfectas, ni mucho menos. No hay que sentirse culpable, estas cosas pasan y son normales.

Luego te paras a pensar fríamente y sabes que ese estado anímico no hace más que perjudicarte, empeora aún más tu estado de salud, así que aunque cueste mucho, hay que respirar hondo y pensar que ya que estás así y tienes que pasarlo, será mejor tomárselo con humor, ¿verdad? Y que el chiquitín no sabe que no te encuentras bién, y lo único que quiere es estar con su mamá, que le da calor, cobijo y seguridad con la teta. Te mira con esa cara que pone cuando mama, y sólo te puede salir una mirada de ternura hacia él, y te das cuenta de que él te está cuidando a su manera...

Incluso puede ser que sea la última vez que pases por una situación así...Porque nunca sabes cuando será la última vez que vivirás algo parecido, ¡el tiempo pasa volando!

Pero cuando pases por algo así, cuando tengas un día en el que te sientes sobrepasada, saturada...No te preocupes, no te castigues, no te tortures...A todas nos pasa de vez en cuando, nadie dijo que fuera fácil ¡y tenemos derecho a mostrar debilidad o flaqueza de vez en cuando!

Y nunca olvides que la mejor madre para tu hijo siempre serás tu, así que mucho ánimo, porque esos días en los que estás sobrepasada pasan rápido, y al día siguiente seguro que todo va mucho mejor.




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