La semana pasada escribí un post sobre los cachetes, que se llamaba "El cachete a tiempo no existe, son los padres". Para mí un post y un tema muy necesario, hay que hablar mucho de ello hasta que cambiemos el chip de una vez por todas y nos demos cuenta de que el cachete no es un recurso, no es la solución. Y una de mis lectoras se sinceró, escribió unas líneas que me llegaron a lo más profundo, y le pedí si podía publicarlo, me apetecía compartirlo y difundirlo.
Niño triste, imagen de ambermb en Pixabay |
Aquí tenéis su reflexión:
Me ha encantado Lídia, agradezco estas líneas. Yo fuí capaz de pegar a mi bebé un cachete. Se me escapó corriendo hacia una carretera, cuando lo cogí de milagro le dí un cachete, me salió del alma y muy natural. Sentí pánico, lloré casi una hora. Casi no podía ni abrazarle después.
Mi madre nos pegaba, no solo cachetes, azotes y golpes cuando estaba muy enfadada. Yo jamás pensé que sería capaz de pegar a mis hijos. Cuando le dí, me dí cuenta de lo profundo que se arraiga la violencia cuando la sufres. Eso me hizo cambiar y me pasé al extremo, no me permitía ni un grito, no me daba tregua. Mi hijo empezó a mostrar muy mal carácter, agresivo. Y yo empecé a frustrarme, no me daba cuenta que estaba todos los días al límite y que no era sano.
Empecé a trabajar en serio, a sanar, a recorrer otros caminos y a permitirme fallar y a enfadarme y a pedir perdón. Nunca más he vuelto a pegar a mis hijos. Reconozco haberles sujetado con fuerza e incluso obligarles a hacer algo que no querían valiéndome de mi fuerza y he pedido perdón por ello. He gritado y les he dicho cosas que no me gustan. Pero nunca he vuelto a sentir el impulso de pegar, me sigue doliendo ese cachete, me duelen los momentos en los que no he estado a la altura. Pero estoy orgullosa de todo el camino recorrido. Mi niño mayor es La Luz de mi vida, a medida que yo fui sanando él volvió a ser mi niño alegre, dulce y cariñoso de siempre. Y mi pequeño es mi otra luz que me ha enseñado todo lo que soy capaz de hacer.
Madre-hijo, imagen de MSneor en Pixabay |
Nunca he contado esto, en un grupo en internet. Se habla mucho y se debate sobre la violencia infantil y todos llevamos un pequeño saco a cuestas de cachetes a tiempo, algunos más grande que otros. Soy Doula y asesora de lactancia, veo muchos sacos a cuestas. Las madres nunca nos damos tregua ni a nosotras ni a otras madres. Creo que he sentido el impulso de contar mi camino porque las que defendemos otro tipo de crianza no somos infalibles, no somos perfectas. No podemos serlo con la mochila que cargamos. Pero me consuela pensar que la de mis hijos será más pequeña que la mía, la de mis nietos aún más pequeña y quizás llegue el día que no habrá mochila... Solo por este pensamiento merece la pena.
Necesitaba escribirlo. Cuando defiendes la no violencia a veces yo me siento como una impostora, enseguida ves que se crea la imagen de la madre perfecta que nunca grita y que siempre es respetuosa. Me apetecía decir que tras esos esfuerzos hay un trabajo personal y duro, que no siempre da resultado. Lleva mucho tiempo descubrir que efectivamente el cachete no es un método, si no la falta de recursos. También lo he escrito para animar a cualquier mami o papi a desahogarse, a contar esos baches en la relación con los niños. Entendiendo este espacio como un lugar seguro para hacerlo, NO para justificarlo ni para decir no pasa nada, pero si para arropar a quien haya tenido un mal día, para animarla a seguir sanando y que siempre haya un espacio para el perdón.
Que hay una vez que nos duele y que hemos fallado, pero que si pensamos y rebuscamos los momentos en los que hemos ganado y hecho mejor las cosas veremos que la norma es esa y que nuestros niños lo viven así , pueden recordar un momento malo y cien mil buenísimos. Publica si quieres, y animar a publicar a todos, que es necesario bajar de un pedestal autoimpuesto y admitir que a veces no sabemos lo que hacemos y que tenemos miedo, que es mucha responsabilidad criar, que lo hacemos lo mejor que sabemos y que cada día aprendemos más. Un beso.
Espero que os haya gustado tanto como a mí y os ayude a avanzar, y a dejar de juzgarnos a nosotros mismos y a los demás, todos tenemos derecho a fallar, a equivocarnos, lo importante es reconocerlo e intentar mejorar por nuestr@s hij@s, para que su mochila no pese como la nuestra. Desde aquí te doy las gracias por dejarme publicar tu reflexión, creo que puede ser de gran ayuda para otras personas.
Si te ha gustado, ¡comparte!
OTRAS ENTRADAS:
EL CACHETE A TIEMPO NO EXISTE, SON LOS PADRES#SINCICATRICES: EL MALTRATO ACEPTADO, EL INFANTIL
CRIANZA RESPETUOSA Y EL RESPETO HACIA LOS DEMÁS
Son palabras que sin duda alguna te tocan al corazón. Gracias por esa sinceridad. El camino de la maternidad-paternidad es muy duro, mucho. Todos nos equivocamos, no una, muchas veces en un aspecto u otro. No soy partidaria del cachete, esa es la verdad, creo que es una forma inmediata de que un niño obedezca por miedo pero a la larga tiene muchas desventajas y ningún beneficio. Gracias por tu sinceridad. Un abrazo!
ResponderEliminarPor cosas como estas es tan gratificante tener un blog, escribir un post y que alguien lo lea y te dedique un tiempo para devolverte lo que le ha resonado <3 gracias por compartirlo con todos los demás!
ResponderEliminarNo es el cómo actuamos sino cómo nos sentimos después y lo que nos hace reflexionar. El darle importancia ya indica que te preocupas por mejorar y eso es lo que hace ir por el camino correcto :)
ResponderEliminarSi es que no somos perfectos y nos equivocamos pero el camino es el que ella nos muestra. El cambio. Poco a poco y permitiéndonos no ser perfectas. Recapacitar del por qué se dio ese cachete y prometernos en no repetirlo.
ResponderEliminarMe encanta cuando los lectores expresan su opinión en el blog, ya sea a favor o en contra, para eso escribimos, para mantener un diálogo con ellos ^_^
ResponderEliminarBravo por esa lectora, su testimonio y su camino recorrido. Y es que es eso, somos humanas, llevamos mochilas y hemos pasado cada una lo nuestro y se puede fallar, pero es eso, fallos, que trabajamos en ellos, yo he leído opiniones de gente que lo justifica o cuenta lo de que "por un cachete en el pañal no pasa nada" y me pone muy triste mucho seguir viendo tanta violencia con las criaturas desde edades super pequeñas como si fuera lo mas normal :(
ResponderEliminarMuy valiente por contar su experiencia y su opinión. SIempre que reconozcamos un error y seamos conscientes de que hemos hecho algo mal y que tenemos que mejorar, estaremos yendo por el buen camino. No hay que normalizar la violencia.
ResponderEliminarInteresante post. Yo crecí en una familia en dónde no eran necesarios los "correctivos" con el simple hecho de ver la mirada de mi madre bastaba para tener un buen comportamiento. Con los niños de ahora esto ya no pasa.. En mi casa llevamos amor pero también disciplina (sin golpes) pero si muy duros respecto a acciones -consecuencias
ResponderEliminarNo seré yo la que juzgue, ni seré yo la que diga nunca jamás lo haé porque a veces los nervios pueden y comprendo que no todos los días son fáciles. Yo he aprendido a darme la vuelta y a ir en dirección contraria. Pero a veces un niño usa sus armas para tirar del hilo. Así qeu paciencia y a hacerlo lo mejor que podáis. No creo que nadie quiera pegar a un niño, ni un cachete ni una voz, pero es un trabajo de años controlarlo y la maternidad y paternidad llega de golpe.
ResponderEliminarMuy buena la aportación de que lectora. Creo que a la mayoría nos ha pasado algo parecido. Odiaba ver a mi madre cuando nos daba un cachete y nunca pensé que fuera hacerlo pero también se me escapó alguna vez. Maldita paciencia que no dura eternamente. La clave es intentar tener un buen comportamiento como adultos, y no ser agresivos; y si fallamos, que lo haremos, pedir perdón SIEMPRE.
ResponderEliminarGracias por ser sincera. Está claro que todos todos perdemos los nervios en algún momento y tenemos que reeducarnos y soltar la mochila.
ResponderEliminar