Cuando nuestr@s peques llegan a la edad de entre 18 y 24 meses aproximadamente, empiezan lo que llamamos las rabietas, un momento complicado para los padres, pues es difícil saber cómo actuar en momentos así. A mí me ha ayudado mucho un libro de la Psicóloga infantil Rosa Jové, "Ni rabietas ni conflictos", libro maravilloso que hace que comprendas mejor su comportamiento, y que no te preocupes más de la cuenta.
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Rabieta, imagen de amarpreet en Pixabay |
PERO, ¿QUÉ ES UNA RABIETA?
Una rabieta no es nada más que el deseo del niño enfrentado al deseo de los padres. Es una idea propia de un niño enfrentada a la idea que tiene el padre de cómo hacer aquello. Y el niño, como no entiende lo que le pasa, se ofusca y estalla emocionalmente.
Eso no quiere decir que la mejor idea sea la del niño, pero en su rudimentaria forma de empezar a razonar, el niño tiene unas razones que son muy importantes para él y las seguirá defendiendo hasta que no entienda que las nuestras son mejores.
LAS RABIETAS, NECESARIAS PARA EL DESARROLLO
Por muy dura que sea esta etapa para nosotros los padres, es una etapa necesaria para su desarrollo. El hecho de que ahora lo cuestionen todo hará que de mayores sepan cuestionarse adecuadamente las cosas.
Porque no queremos unos hijos que de adultos no se planteen los por qués y obedezcan ciegamente, queremos hijos con ideas propias y que las defiendan mientras no les demuestren que hay otras mejores.
Ojo, eso no quiere decir que tengamos que provocarles o hacerles enfadar para que tengan más rabietas, siempre que podamos evitar que se ofusque y se lleve un disgusto, así lo haremos, pero hay que tener en cuenta por lo que está pasando nuestro hijo para poderlo ver con perspectiva.
Y aunque este comportamiento puede hacer que nuestra paciencia llegue a límites insospechados, rechazarles o ignorarles cuando están en plena rabieta es contraproducente, y puede hacer que las rabietas se alarguen mucho más en el tiempo, hasta convertirse en algo crónico.
Hay una frase muy buena que Rosa Jové menciona en su libro: "Quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más lo necesite."
Porque cuando se comportan así, necesitan más cariño que censura, más explicaciones que obediencia ciega, más compañía que ignorancia.
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Rabieta, imagen de Pixabay |
RELATIVIZAR, MIRAR CON PERSPECTIVA
A nosotros también nos puede venir bién esta etapa. El mundo y las familias evolucionan, y quizá tengamos que cambiar nuestra rigidez y volvernos un poco más fexibles, relativizar.
Según la psicóloga Judy Dunn, a partir de los 2 años los niños se saltan las normas para explorar la realidad normativa de la familia; al hacerlo y observar la reacción de las personas adultas, los niños establecen qué normas son importantes, cuales no lo son y cuales sólo a veces.
Así que cuando parece que el niño nos quiere llevar la contraria, lo que está haciendo es comprobar si aquello es tan importante como parece. Esto nos obliga a replantearnos cosas, como si merece la pena discutir cada día con nuestro hijo porque no quiere llevar zapatos, quiere llevar deportivas.
Como padres debemos ser capaces de cambiar las normas y creencias y ser más flexibles, sino somos capaces de darnos cuenta de que a veces nuestros hijos nos muestran que hay normas que no sirven para nada, es que vivimos encerrados en un planeta irreal.
LAS RABIETAS TIENEN FECHA DE CADUCIDAD
Es tan importante tener esto en cuenta para poder relativizar y tomárnoslo con más paciencia...Cuando el niño crezca y por tanto disponga de un lenguaje que le permita expresarse de diferente manera, las rabietas se terminarán. Su manera de reaccionar, mediante el llanto o la agresividad, es la única que conoce de momento, no tiene más herramientas, y expresa su malestar de esa manera.
Conforme vaya creciendo no sólo aprenderá a expresarse a través del lenguaje, también será capaz de razonar mejor cuando le expliquemos cualquier cosa. Nuestro papel aquí es mostrarles comprensión y empatía, y mucha paciencia, además de intentar proporcionarle herramientas para que puedan expresar su descontento y su frustración de otra manera; cuanto antes dispongan de otros recursos, antes dejarán de usar la rabieta como forma de expersarse.
En conclusión, no nos preocupemos más de la cuenta, todos pasan por esta etapa antes o después, y nosotros los padres debemos normalizarlo y no tomárnoslo como algo personal, sino como algo natural que forma parte de su desarrollo.
Toda la información que he dado en este post está basada en el libro de Rosa Jové "Ni rabietas ni conflictos", que puedes comprar en Amazon:
En otro post os contaré como enfrentarnos a las rabietas. ¡Gracias por leerme!
Hola, todavía Héctor es pequeño, pero nunca está de más conocer bibliografía sobre rabietas. Rosa jove es una de mis autoras favoritas sobre crianza respetuosa. Me gusta mucho encontrar blog que defiendan esta práctica. Un saludo.
ResponderEliminarTambién es una de mis autoras favoritas, me ha ayudado a comprender a mi hijo y a creer más en mí misma que en los viejos mitos sobre la crianza. Gracias por comentar!
EliminarAy que miedo me dan las rabietas... Loki lleva tieniendo episodios de demostrar lo mucho que quiere algo" o enfados por que "no entendemos lo que nos quiere decir" desde los 12 meses... ayer mismo en el centro comercial, con 16 meses se tiraba al suelo y pataleaba... a veces las rabietas llegan antes supongo... espero que como han llegado antes, también se vayan... asi que me viene genial tu articulo para relativizar jajaja :)
ResponderEliminarEl que no sepan explicarnos su malestar también les provoca ponerse así, conforme vaya teniendo otras maneras de expresarlo (lenguaje) seguramente las rabietas sean distintas, no te voy a decir que desaparecen por arte de magia, pero si que van bajando de intensidad, Lo mejor es mantener la calma, es difícil pero creo que es la mejor manera de poder afrontar situaciones como las que describes. Gracias por comentar.
EliminarMe gustaría leer ése futuro post. De momento me quedo con éste libro que parece muy interesante.
ResponderEliminarEl libro es genial, te habla del comportamiento desde los 0 hasta los 12 años, a mí me gustó mucho y me ayudó a tomarme las cosas con más calma. Gracias por comentar.
EliminarMe ha encantado la parte de replantearse los límites, que los niños al intentar sobrepasarlos nos pueden hacer ver si en verdad es algo tan importante o podemos sé más flexibles, la verdad nunca lo había meditado así. Muchas gracias por este post que me viene genial!
ResponderEliminarSiempre viene bién replantearse cosas, y los hijos vienen al mundo a enseñarnos tanto...y a veces no somos capaces de verlo!! Gracias por comentar!!
Eliminar¡Hola, guapa!
ResponderEliminarUna de las primeras cosas que leí al ser madre es a Rosa Jové. Sus libros son una auténtica inspiración y ofrecen pautas para desenvolvernos en el día a día. Creo que los leído todos. Ni rabietas ni conflictos me gustó especialmente porque te ayuda a poner las rabietas en su contexto y a no `preocuparse de más. Afortunadamente el Vikingo no es un niño que tenga rabietas excepto algún momento puntual. Un abrazo.
Yo estoy metida de lleno en esa etapa, y me ha ayudado mucho saber todo esto gracias al libro, como dices hace que te preocupes menos y normalices más, además de dar muy buenas pautas. Gracias por comentar!
EliminarLas rabietas! que tema madre! esos momentos donde si no somos conscientes acabamos todos enrabietados tengamos 2 o 40 años.
ResponderEliminarMuchas veces somos nosotros los que nos ponemos mas inflexibles por cosas que no tienen mayor importancia como tu dices, por eso es muy importante para mi tener las reglas justas en casa pero que sean muy claras y sencillas para que todos las entendamos y las respetemos SIEMPRE, porque si las reglas valen unas veces si y otras no los peques saben que pueden sobrepasarlas tensando la cuerda y entonces lo hacen, es su trabajo.
Muchas gracias por la recomendación del libro, me encanta Rosa
Está claro, tampoco se trata de dejarles hacer lo que les de la gana, está muy bien lo que dices, pocas normas pero claras. Gracias por comentar!
EliminarYo te comento una cosita... Las rabietas siguen con el paso de los años... Cambian de " forma" pero siguen las rabietas... Lo que nos queda, ejejejejeje
ResponderEliminarEstá claro que cuando algo no les guste lo van a hacer notar, pero no creo que con la intensidad y la frecuencia que lo hacen a los dos años...Mi hijo no habla todavía, y eso hace que se ofusque y llore cuando no sabe hacerse entender. Yo tengo una de 15 años, sé lo que es la rabieta adolescente, jejeje. Gracias por comentar!
EliminarPues nosotras llevamos genial esta etapa, básicamente porque fue una etapa ideal para aprender a trabajar las emociones, y sobretodo en la que nos conocimos mucho más. Para mi lo más básico era que cuánto más se enfadaba ella, más me calmaba yo, y todas todas todas las veces hablábamos "quires que te explique lo que te pasa" le decía yo, y se lo explicaba.
ResponderEliminarAhora con 5 años, cuando se enfada, o quiere algo que no le puedo dar, me dice "mamá, te explico lo que me pasa" y es capaz de hablar de su enfado, de frustración, de tristeza, en ese mismo momento, mientras lo siente.
Todas las etapas son maravillosas y grandes oportunidades de aprender juntas :)
Es que ahí está la cosa, en mantener la calma e intentar explicarle lo que le pasa si no sabe explicarlo. Mi hijo tiene 27 meses y de momento lo que más hago es acompañarle, pero también a veces le puedo explicar cuando no está tan ofuscado o cuando consigo que se calme. Gracias por tu aportación!!
EliminarHola, pues a nosotros las rabietas se apaciguaron cuando decidimos hacer pactos y también es cierto que una de las monitoras de la guardería me dijo que lo mejor es ponerte a su nivel. mirarle a los ojos, pues el contacto visual es muy importante y explicarle lo más calmada que puedas que hablaran cuando deje de llorar, porque así no puedes escucharle y que vez que está muy enojado pero no pueden hablar gritando. Decirlo sin gritar, ellos escuchan más con la mirada y así poco a poco las rabietas fueron siendo más controladas. Claro está que también depende del dia algunas cuestan más que otras.
ResponderEliminarTodo esto que dices es maravilloso, lo más importante es mantener la calma y mirar a los ojos como dices, siempre se hace más llevadero si nosotros mantenemos la calma y empatizamos con ellos, tener en cuenta que no son capaces de controlarse en el momento y así no nos enfadaremos. Gracias por comentar!
EliminarAquí la verdad es que hemos tenido "suerte" porque no hemos pasado una etapa de rabietas como para recordar. Lo cierto es que ha tenido pocas, y además Le duraban apenas unos minutos. Nos ha mal acostumbrado, como venga un segundo más guerrero, nos acordaremos.
ResponderEliminarjajajaja, bueno de momento quédate con lo bueno, con lo que te has ahorrado con el que ya tienes. Gracias por comentar!
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